¿Qué es el Benchmarking?
El Benchmarking
es un proceso continuo, sistemático y estructurado de medir y comparar
nuestra manera de actuar con las prácticas de las mejores empresas de
nuestro sector y/o de otros sectores para aprender mejores
formas de operar, identificar iniciativas válidas para
nuestra empresa, fijar metas y objetivos más eficaces, mejorar
nuestras estrategias, etc.
Sus
principales características son:
1. La utilización
continua y sistemática del benchmarking hará posible
que nuestros procesos sean los mejores. El benchmarking nos
permitirá saber quiénes somos, cómo deberíamos ser y cómo lograr llegar a
serlo, conocer el potencial de desarrollo que puede alcanzar los procesos de
negocio de la organización, utilizando como base de conocimiento las
experiencias de otras organizaciones.
2.
Es
uno de los instrumentos más valiosos de que
dispone una organización a la hora de contar con información de valor sobre
cómo mejorar la ecuación del beneficio empresarial,
mejorando los ingresos y disminuyendo los costes.
3.
No
es un libro de cocina que aplicándolo sin más garantice el éxito. No es una
técnica orientada a la consecución de mejoras inmediatas y fáciles. No consiste
en hacer espionaje y copiar ideas o productos a la competencia. No se centra
únicamente en la medición y comparación de datos financieros de las empresas.
4.
No
tendrá éxito si no existe una transferencia de conocimiento sobre la forma en
que la empresa “modelo” desarrolla sus procesos de
negocio.
5. Su
enfoque correcto debe
ser el de un proceso continuo de identificar, comparar y aprender los
fundamentos de la “ventaja competitiva” de otras empresas,
competidores o no, por medio de la desagregación ordenada del conjunto de
factores que sustentan y definen dicha ventaja. Es el proceso mediante el cual
las organizaciones aprenden.
Mediante este método, se
obtiene información necesaria para saber si nuestras estrategias, sistemas,
prácticas o procesos son defectuosos, susceptibles de mejorar o eliminar,
de acuerdo a las mejores prácticas que existan en el mundo. De esta forma la
empresa estará siempre en permanente alerta y a tiempo de introducir en las
áreas más sensibles los cambios pertinentes que le permitan colocarse y
permanecer en cabeza de la carrera.
6.
Es
un enfoque sistemático para conducir el cambio dentro de una organización,
teniendo como referencias las prácticas de las empresas de mayor éxito. La
finalidad del proceso de evaluación comparativa es averiguar cuál es la
posición competitiva: ¿En qué soy mejor y peor que mis competidores?,
y sobre todo, responder a ¿cómo podemos mejorar?, de manera que podamos crear y
mantener una ventaja competitiva diferencial frente a los más duros
competidores para sobrevivir y tener mucho éxito; de esta forma la “Gestión del
Cambio” se resume en su máxima expresión de eficacia y eficiencia que es la
“Gestión de la Posición Competitiva”.
- El
enfoque de las mejores prácticas proporcionará a la organización una
metodología estructurada y organizada, que será clave para impulsar el
ímpetu necesario para el cambio, ayudará a identificar qué se debe cambiar
y aportará una visión del estado futuro después del cambio.
8.
Al
utilizar benchmarking, estamos empleando la herramienta matriz que localiza y
ayuda a gestionar directamente el cambio,
simplemente usándola, integrándola en el sistema habitual de trabajo.
9.
Las
personas y los equipos que utilizan el benchmarking se ven impulsados a superar
el “gap” que les separa de las empresas excelentes, por tanto entran en una
dinámica de competir en los mercados, por medio de la mejora continua, calidad
total, reingeniería de los procesos, innovación y diferenciación, aprendizaje y
además, a incrementar la competitividad global de la empresa.
10.Un proceso de benchmarking bien realizado producirá los siguientes resultados:
- Proporcionará
información útil del entorno competitivo global.
- Descubrirá
los factores clave de éxito de los competidores y no competidores,
para aprender y reajustar las estrategias y objetivos.
- Revisa el conjunto de actividades de la Cadena de Valor, para
descubrir los “cuellos de botella” y pérdidas de valor, destacando los
procesos, sistemas, actividades y prácticas, que son susceptibles de
mejorar, cambiar o suprimirse.
- Apoya
el proceso de gestión del cambio en su totalidad, al integrar y
revitalizar el núcleo de ventaja, reorientar y desarrollar las
competencias y reformular y contrastar la estrategia competitiva
sostenible.
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